domingo, 10 de marzo de 2013

MI ÁNGEL SIGUE AQUÍ

  


Gabriel, el nombre del Arcángel susurrado en mi oído por él mismo para que ese fuera el nombre de mi pequeño.  Ese Incansable guerrero que nación un 25 de Junio del 2007 y que no ha dejado de sorprenderme ningún día hasta hoy.

Mi pequeño que fuera desahusiado en el vientre y quien ahora, a casi seis años de su llegada a este mundo, sigue llenando de alegría y risas mi corazón y mi vida. Sigue con las dificultades propias de sus limitaciones motoras y físicas, pero su espíritu de explorador, de investigador, de servicio y el de pertenencia, no lo amedrentan ante la imposibilidad de correr tras una pelota o de no pararse en dos pies por sí mismo.


 


Mi Ángel me llena de Amor.  También me asusta cuando en ese afán de llegar a la ventana a ver pasar el camión de la basura o cómo su abuelo sale de la cochera; resbala por los escalones de terrazo y se golpea en su cabecita contra la pared.  O cuando abre la puerta de mi balcón y se sienta ahí por horas a ver pasar los autos, los camiones y las personas, de pronto acercándose de más a los huecos de la herrería. Y qué decir cuando quiere ser él el que abra o cierre una puerta, metiéndose a toda velocidad por entre las piernas de mi madre enferma o de mi hermano distraído. 


Él quiere ser de ayuda; quiere llenar el bote de la ropa sucia y bajarlo por las escaleras; "estira" las sábanas cuando tiendo su cama o la mía; "guarda" su ropa en los cajones; me pasa las almohadas y cojines; "acomoda" la ropa limpia en el suelo para desocupar los cestos llenos; me pelea la cuchara para darse de comer a él mismo; se limpia las manos y la boca con su servilleta y "Limpia" la mesita donde come con la misma.

A mi madre le lleva la cuenta de sus ejercicios y le "echa porras" cuando ve el esfuerzo que hace para levantarse o subir las escaleras "Tú puedes Abuela" y por supuesto, no hay ser más feliz que él cuando llego a casa.  Corre a recibirme por el ventanal mientras grita "¡Hola Mami! o "¡Natalia!" Cuando ve a su hermana.

Ya es capaz de llamarnos a gritos cuando quiere un plátano, pero obvio no lo alcanza; o cuando su preciado fruto cae al piso mientras lo pela con alegría y avidez...

Sí... es mi Ángel. El Hombre perfecto que llena mi vida de Amor, de Alegría y de mucho Aprendizaje... el que a lo largo de estos casi seis años, me ha enseñado a no tomarme  la vida tan en serio; a reírme más; a disfrutar la belleza de una tarde de sol en el jardín escuchando música; a ser niña otra vez contemplando una fuente, unas burbujas o los autos pasar en la avenida.  

Ese hermoso niño que se deja ajustar; tronar el empacho y poner las pinzas para controlar sus vómitos y malestares estomacales o las semillas o las tachuelas.  Ese Ángel que es capaz de decirle "Adiós" con una sonrisa plena a su programa favorito a la mitad para irse a dormir; que reza antes de tomar sus alimentos y que no se duerme si no lo persigno y le doy su beso antes de acostarlo.  

Ese Chicuelo que cuando ve un gerber de frutas grita "Mmmmh Poooosssteeeee" Todo emocionado o "Paaaaaataaaanooooo" Cuando ve la nueva penca en la canasta. Ese que ya descubrió´la maravilla de comer y que grita "¡¡¡Rico, Ricoooo!!!" Cuando tiene hambre y lo siento en su sillita desde donde puede ver la mesa servida.

Ese maravillosos ser que se come lo que le des, que es feliz con un plato de papaya y que se acerca a mí muy despacito mientras me como una paleta, me toca la pierna y con su mejor sonrisa y sus ojos brillantes me dice en su lenguaje mocho "¿Me das Poste?"

2 comentarios:

  1. Maravilloso! que Angel tan grande tienes y que afortunada eres, se nota tu fortaleza y tu sensibilidad, Animo querida, a seguir!

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